Domingo, 15 de Octubre de 2017. Luego
de invertir toda la luz de día en visitar los lagos, al final la tarde y noche
empezaron a caer justo cuando nos disponíamos a abordar uno de los últimos
transportes que van desde Tziscao a Comitán; lo que nos convino sobremanera
pues el plan había sido llevado a cabo tal como se diseñó. Es decir, que todo
el tiempo se aprovechó muy bien.
Pero el tiempo de regreso de noche y
en carretera suponen un descanso parcial antes de llegar al destino; quizá por
la noche, quizá por las paradas, quizá por el cansancio; pero el trayecto lo
sentí más largo, y para cuando llegamos a Comitán sentí que era muy tarde, pero
en realidad no, apenas serían cerca de las 09:00 p.m.
Nos dirigimos a la terminal a comprar
los boletos hacia Tapachula (el no haberlos tenido desde antes nos proporcionó
un panorama "abierto" en cuanto a tiempo de pasear; pues no teníamos
la presión de regresar a una hora en específico a Comitán. Siendo temporada
baja, uno piensa "Bueno, llegando a la terminal de seguro hallamos boletos
en la salida próxima", pero no fue así. Sólo quedaba un boleto cerca de
las 10:00 p.m. y era de los últimos -cerca del baño-, así que se descartó; la
siguiente salida, a las 01:00 a.m. del día Lunes, estaba lleno. Sólo quedaba la
salida de las 02:00 a.m. y esa fue la que tuvimos que tomar a falta de mejores
condiciones. Comprados los boletos, era cosa de solo esperar.
Como había tiempo aún disponible antes
de regresar a Tapachula, optamos por ir al parque a esperar que el tiempo
pasara, y aprovechar a disfrutar el rico clima y la tranquilidad del centro de
Comitán de noche. No es que sea espectacular o similar, por lo menos no
siempre; pero por ahora era mejor que esperar en la terminal a que llegaran las
02:00 a.m.
Había gente bailando frente al palacio
municipal y otros más caminando por todo el lugar, y algunos sentados
disfrutando de la cena; quizá había algún evento en particular ya que había una
estructura de metal de lo que parecía una enorme carpa frente a la catedral,
además de puestos de libros, revistas y similares. Mientras la noche continuaba
el bullicio seguía y aprovechamos a cenar también, al final entre tamales y
tacos nos decidimos por tacos.
Para un par de horas después, el
parque se iba vaciando poco a poco, estaba cayendo una llovizna muy leve pero
no era motivo como para alejarse, más bien las horas de cierre fueron
acercándose poco a poco hasta quedar el parque casi vacío y en silencio; y así
tuvimos que esperar a que pasaran dichas horas, platicando y viendo los autos
ir y venir, bajo una noche iluminada por los faros del parque y el frio de la
noche.
Y una vez llegada la proximidad a las
02:00 a.m. Nos fuimos a la terminal, a esperar por los últimos minutos el
anuncio de nuestra salida, para así regresar a Tapachula sin problemas. El
regreso también fue algo digno de mencionar: Carreteras llenas de niebla a la
altura de Comitán y paisajes verdes a medida que iba amaneciendo, al final,
pensé que esa era la mejor hora para regresar a Tapachula, pues permite
amanecer y coincidir ello con el paisaje, y cuando llegas por fin a tu destino,
la claridad del día ya está presente.